Tímida e introvertida, así tuve que nacer. Nací siendo como una gata. Vivo en mi mundo, conmigo misma y nada más. Me gusta observar las cosas y tiendo a ser impulsiva. Así como soltar zarpazos sin avisar.
Debo decir que nunca me he considerado muy amante de los gatos, quizás porque no habría animal que se me parezca más y yo necesito el "yang" para mi "yin".
Como me gustaría poder ser más parecida a un perro. Fiel, leal y noble. Capaz de darlo todo a cambio de nada. Los perros siempre están ahí, con su ánimo feliz y con sus lametones de amor incondicional.
Nada me gusta más que los perros.
Pero yo, tuve que nacer gata.
No hay comentarios:
Publicar un comentario