martes, 30 de julio de 2013

Abre los ojos.

Y te pasas la vida sentada, esperando que todos vengan a por ti, como si fueran a venir a sacarte de tu casa a la fuerza. Como si fueran a hacer nacer tu sonrisa como antes. Como si importaras.
Y entonces te das cuenta de que quizás si era verdad que cambiaste tú y que tuviste algo de culpa. Que a lo mejor eras tú quien dejó irse las oportunidades de disfrutar.



Que tú y solo tú, 
te equivocaste.

Me llenas la vida de vida.

Me llenas la vida con sonrisas y ganas de esforzarme. Tú me haces querer luchar y querer mejorar, querer dejar atrás los errores del pasado y solo perderme en ti.
Porque nunca pensé que dos personas pudieran compenetrarse tanto, siendo tan diferentes. Porque tú me das lo que me falta y no deseas cambiarme.
Me quieres así, gata y todo, siendo tú tan perrito adorable como eres. Y es que siempre me amas igual, haga yo lo que haga y yo siempre volveré a ti, me agotes tú como me agotas. Nos pertenecemos, así sin más. Sin dudas, sin resquemores. Yo te amo y tú, me amas. Nada puede ser más bonito que nuestro amor de gatos y perros, de ladridos y maullidos mezclados. De garras y hocicos. De risas y amor. De besos y de vida. De mis manos en las tuyas y de nuestro amor, siempre ahí.




Tú tan incontrolablemente mío 
y yo tan perdidamente tuya.

He aquí una gata enamorada de los perros.

"No es una persona muy normal. Hay días en los que puede ser dulce y con ganas de fiesta y otras, simplemente, no se puede estar con ella." Así me definen muchas personas que me conocen y debo reconocer que no están muy desencaminados. 
Tímida e introvertida, así tuve que nacer. Nací siendo como una gata. Vivo en mi mundo, conmigo misma y nada más. Me gusta observar las cosas y tiendo a ser impulsiva. Así como soltar zarpazos sin avisar. 
Debo decir que nunca me he considerado muy amante de los gatos, quizás porque no habría animal que se me parezca más y yo necesito el "yang" para mi "yin".
Como me gustaría poder ser más parecida a un perro. Fiel, leal y noble. Capaz de darlo todo a cambio de nada. Los perros siempre están ahí, con su ánimo feliz y con sus lametones de amor incondicional. 
Nada me gusta más que los perros. 
Pero yo, tuve que nacer gata.


Encantada, soy Ginger.

Puede que quizás os parezca una tontería, pero siempre he pensado que cada blog debe tener un comienzo, y aunque no se muy bien por dónde empezar, lo intentaré al menos, comenzando por el principio.
Hola, me llamo Ginger. Soy una chica cualquiera de un lugar cualquiera. Y ahí terminaría mi presentación.
Pero, eh, todos podríamos presentarnos así, resumiendo bastante, pero al menos yo ya estoy harta de eso.
Quizás por necesidad o por placer, necesito escribir en este blog, llevo bastante tiempo necesitando contar cada cosa que se me pasa por la cabeza y créanme... No es fácil callarse tantas cosas.
¿Qué puedo decir de mi? Soy bastante bipolar. Tan pronto estoy contenta, como puedo ponerme a llorar, enfadarme o reír porque sí. Hasta yo misma me confundo.
Y esa es la razón por la que quiero empezar esta aventura. Necesito encontrarme a mi misma, empezar a aclarar mis ideas y ¿Qué mejor forma que plasmarlo todo en palabras?
Siempre he pensado que un blog necesita tener un comienzo, algo que haga ver a la gente claramente qué va a encontrar en la página. Pero a veces no todo es tan fácil. Quizás nadie nunca lea esto y este comienzo me sirva solo a mi para terminar de darme cuenta de que todo empieza.


                                                                                                                                    Con cariño,
                                                                                                                                                        Ginger.